Es por eso que cualquier momento que tengas sirve para hablar y expresarte, hablar de lo que eres por dentro y dar tu mejor cara, sin máscaras ni fantasías.
Todos somos capases de eclipsar la corrupción de los hombres con un acto de amor, de valentía, manteniendo al margen la verdad y la justicia que nos deparamos a nosotros mismos. Hemos inventado lo que es justo, lo que nos permite acceder a un proceso y sistema que nos hace plenos. Es por eso que uno debe pelear cada día ante los problemas, y no rendirse. Si caemos hemos de levantarnos más alto. Que la soledad, la melancolía, y el dolor sean también nuestras armas. Somos iguales porque pertenecemos a una hermandad que prosigue un camino que sube y sube.
Demos lo mejor de nosotros hoy, honremos al pasado con nuestra honestidad, y pensemos en el futuro próximo donde cada uno de nosotros podremos alcanzar la unión de nuestras vidas, no sólo con otros hombres y mujeres, sino sintiéndonos parte de la naturaleza que nos ha dado la vida.