martes, 2 de agosto de 2016

Situaciones de lugares escondidos


Cómo quisiera a veces ser otro, sólo a veces. Cuando no estoy pensando en que ser como yo es exactamente ser “otro-yo” que no conozco, pero que me busca los ojos y me encuentra las ideas que he ido regando por el suelo. Cómo quisiera a veces empezar un cuento por el final que rompe corazones y corneas, sólo a veces. Empapelar las palabras para regalarlas y que así al decir melancolía, tristeza y soledad, no suenen tan huecas y puedan colgarse como un cuadro en la cabeza o en el espíritu. Cómo quisiera a veces no tener ojos, sólo a veces. Ver con el fondo de todos los fondos posibles, para arrancarme los laberintos que traigo tatuados en la piel y ponerlos al sol para que aquel astro descifre así lo que quiera. Cómo me encantaría a veces perder la razón, sólo a veces. Estar loco de a ratos y de todo, para ver el mundo con la total libertad de una vida prestada y dos atajos que me lleven a donde llueve al revés y donde llorar significa pactar con la más aguda alegría. Cómo odiaría a veces no pensar en nada, sólo a veces. Meterme en un vórtice sin salida y con sabor a mar: un mar dolido por la perdida de su agua. Cómo me enojaría a veces perder una hora, sólo a veces. Olvidar dónde he puesto el tiempo para así tenerlo y al final no tener que pedir prestado en un mundo donde “tener y no tener” significa mucho o nada. Las divagaciones vienen en ráfagas y a veces me gustaría escribirlas, sólo a veces.

1 comentario:

  1. Un gusto volver a leerte. Y es cierto, a muchos nos vienen esas ráfagas, discontinuas verdad, en que volvernos otros de algún modo nos ayudaría a quitarnos una pena, un aburrimiento, una incomodidad de la mente. Además deseamos cosas las cuales su atractivo se encuentra en la sencillez, sólo a veces.

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