Padecemos de sueños rotos. Frágiles son nuestras emociones que vamos teniendo cada vez que vemos recorrer el sol en el cielo. Volteamos a todos los horizontes vagabundos de presencia para buscarnos. Siempre encontramos la felicidad y las tristeza. Hay un equilibrio constante que aparentemente es abrumador, ya que éste necesita también de dolor, de sacrificios, de entregar una vida a trabajos poco agradables para nosotros... y es ahí cuando se entregan sueños para que el equilibrio permanezca naturalmente en cada uno de los corazones. Tantos sueños que nacen iguales que frutas del árbol. No te sientas triste si has perdido la oportunidad de realizar unos cuantos sueños, o si ves que el tiempo va consumiendo tus oportunidades. Tú permanece fuerte, constante, y si te caes no te levantes con odio ni furia, sino con una vehemente pasión por superarte cada día.
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