jueves, 18 de enero de 2018

Mudanza



Simplemente nos cambiamos de página para renovar un poco el diseño visual de nuestro contenido, pero en esencia seguimos siendo los mismos de todos los días. Revisen la nueva página y todo el contenido que está en este blog se irá pasando de poco en poco al nuevo. 

viernes, 10 de febrero de 2017

Maldición!

Recuerdos después de algunos tragos-   10/02/2017
Las crayolas tienen buen color y textura, los colores se ven simples.
-ella-Te amo, pero, prefiero otro estilo de vida, uno menos malo.
Cómo se puede levantar la patineta a esa altura?
Otra-Te quiero, pero, es evidente que soy superficial.
Maldita sea, se siente genial caer hellflip.
ella- Te amo, pero, no puedo estar más contigo.
Puedo hacerlo mejor, en más escalones, en cajones y tubos más altos, ahora se que puedo hacerlo.
-otra más- Tú me gustas, pero, no estoy segura de sí es correcto.
Solo se permitían beber alrededor de 4 jarros de pulque para estar en armonía.

una ves más -Me agradas, solo es eso.
Si bebías más de la cuenta te poseían los 400 conejos.
Maldita sea, se siente bien saltar cualquier obstaculo de ollie aunque sea jeje.

martes, 24 de enero de 2017

José Revueltas José Revueltas en Material de los Sueños

Ninguna fatalidad pesa sobre los escorpiones aparte de la fatalidad de que todo mundo los considere como tales, de modo que se ven en la necesidad de vivir bajo las piedras húmedas y entre las hendiduras de los edificios, en los rincones sin luz, una vida enormemente secreta y nostálgica después de haber devorado dulce y lentamente a su madre. Ahí están los escorpiones, sin saber nada de sí mismos, mientras otros animales cuando menos tienen una vaga referencia de su propio ser; pero los escorpiones no. En su tremendo mundo de sombras únicamente les está permitido mirar a sus semejantes, a nadie más. Y aun la enternecedora circunstancia de haber devorado a su madre les impide obtener la información que hubiese podido proporcionarles, respecto al mundo, alguien de mayor experiencia que ellos. Al escorpión sus semejantes lo trastornan y lo hacen sufrir de un modo indecible porque, sobre todo, no sabe si sus semejantes son diferentes a él o en absoluto, no se le asemejan en nada, como suele ocurrir. Trata entonces de verse de algún modo y comprende que ninguna mejor forma de verse que la de ser nombrado. Pues él ignora cómo se llama y también que no puede ser visto por nadie. Anhela al mundo. Trata de conocer a los otros seres de la naturaleza, en particular –ignorándolo– a los que menos lo quieren y menos lo comprenden. Se imagina que sería bello estar a su lado, servirles, adornarles la piel con su hermoso cuerpo de oro. Pero es imposible. Así, sufre un sobresalto espantoso cuando, sobre la pared blanca –esa superficie lunar y ambicionada que tan enfermizamente le fascina–, se abate sobre él la persecución injusta y sin sentido, ya que no trataba de hacer mal a nadie. Su estupor no tiene límites: más bien muere de estupor antes de que lo aplasten, porque en cierta forma aquello le parece de una alevosía indigna de aquel ser a quien tanto deseaba observar, contemplar y tal vez amar, ¿por qué no?, si ese ser, que lo hace con otros, se dignara darle un nombre a él, al pobre ecorpión. Nadie ha podido explicarle –por supuesto– que esa secreción suya es veneno. ¿Quién podría decírselo? Ningún animal, ningún otro ser viviente podría decírselo, ya que, al sólo verlo, sin averiguar sus intenciones, lo matan enseguida y aun él mismo muere, si nadie lo mata, después de hundir sus amorosas tenazas en aquel cuerpo. (El piensa que aquello es un simple acto amoroso, unas nupcias en que se comunica con el mundo y se entrega desinteresadamente, sin que cuente siquiera con la parte de suicidio inesperado que tal acto contiene). De aquí que entre los escorpiones no pueda existir la tradición; ninguno puede decir a sus descendientes: no hagas esto o aquello, no salgas bajo la luz, no aparezcas en las paredes blancas, no te deslices, no trates de acariciar a nadie, pues ninguno de ellos ha vivido para contarlo. Sufren de tal suerte la más increíble soledad, sin saber cuando menos que son bellos. Aparecen, cuando lo hacen, tan sólo por curiosidad de sí mismos: es el único ser de la naturaleza al que le está prohibido ser Narciso y sin embargo se empeña en verse, porque nadie se ve si no lo han visto, ni cuando, si lo ven, muere. Como no pueden otra cosa y se pasan la vida escuchando lo que ocurre en el mundo exterior, los escorpiones se dan entre sí los más diversos nombres: amor mío, maldito seas, te quiero con toda el alma, por qué llegaste tan tarde, estoy muy sola, cuándo terminará esta vida, déjame, no sabría decirte si te quiero. Palabras que oyen desde el fondo de los ladrillos, desde la podredumbre seca y violenta, entre las vigas de algún hotelucho, o desde los fríos tubos de hierro de un excusado oloroso a creolina. Porque ellos, repetimos, no saben que se llaman escorpiones o alacranes. No lo saben. Y así, sin saberlo, se sienten requeridos por alguien en las tinieblas, entre besos húmedos o pobres centavos que suenan sobre una mesa desnuda, y salen entonces para ser muertos y para que se hable de ellos en los lavaderos donde las mujeres reprenden a los niños, y los niños de pecho devoran a sus madres apenas sin sentirlo. Aquello resulta un espantoso fraude –piensan los escorpiones–. ¿Para qué nos dijeron aquellas palabras que nosotros creíamos nuestro nombre? ¿Para qué llamarnos malditos, ni eso de ya no trajiste el gasto otra vez, ni aquello de andas con otro, ni lo absurdamente final de te quiero como anadie en el mundo, si todo era para matarnos, si todo era para no dejarnos se testigos de lo que amamos con toda el alma y que a lo mejor es el hombre?

sábado, 14 de enero de 2017

Nuestra hermandad (marrietta drakkar)

                                                                                                                                      12 agosto 2016
Damián se enfermaba!
Mi hermano y yo lo curábamos con nuestras manos.

Un vampiro mujer nos mantenía moribundos, en una cama color café oro chupando la sangre de nuestros pies. Ella era joven y hermosa.

 Mi tía rosa llorando al ser abusada por mi abuelo.

Yo comprando un raspado con un señor ciego.


viernes, 30 de diciembre de 2016

Testimonio de un comienzo y un final...


Tiene varios nombres, que le da cada uno de los protagonistas…
Yo le llamo purificación, y últimamente eh tenido algunas de ellas, hace unos meses tuve 3, las cuales han sido de las más fuertes sin contar las del terrible año pasado.
Estos colapsos de tiempo suelen ser dolorosos pero que al final desprenden un placer infinito en mí, consisten es desprenderme de todo aquel rencor, odio, temor y pensamientos o recuerdos que corrompen el equilibrio, a veces salen en compañía de los vicios y soledades, ya sabes, cuando no hay  nadie en el cuarto a horas de la madrugada o en ese lugar que tiene mi nombre a la luz de la luna,  esas situaciones que hacen que me llene de odio, es sumamente difícil tener que lidiar con aquellas personas que dañan a los tuyos a diario y tener que olvidar y saber perdonar, para ser  más exacta es como si dentro de mí hubiese un ser que poco a poco crece pero que provoca una molestia en mi día a día, como si fuera cargando una maleta a la espalda todo el tiempo, como si pisara larvas que se adhieren a mí y me acompañan, como caminar entre podredumbre y sentirse putrefacto ante la vida.
Y después de toda esa sensación comienza el desprendimiento cuando por fin dejo liberar toda esa pesadez, mientras las lágrimas escurren de mi rostro y  mis huesos se reconstruyen y es ahí cuando siento el dolor que provoca arrancarme esas memorias, atragantarme de esa sensación y vomitar los  recuerdos y palabras, sacudir el polvo de la mente, limpiar y fortalecer el espíritu, cerrar  los ojos, abrir los brazos y corazón y comprender una vez más que todo tiene un significado en este viaje al cual llamamos vida… y dejar ir el pasado con una serie de suspiros, así como deje ir los años frívolos y dolorosos, aquel año lleno de oscuridad y perdidas, de adioses y promesas de desilusiones y quebraduras.

Y hoy, a días que esta estación culmine agradezco más que el primer día, por haberme dado de nuevo una esperanza, por tener algunos tropiezos y arrepentimientos, pero de igual forma un sinfín de nuevas lecciones y sensaciones que jamás había experimentado, por encontrarte…así que me retiro feliz para subirme de nuevo al vagón y seguir explorando.



Supertramp.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Cartas (x)

No quiero que te vayas, muéstrame más del amor, quiero conocer la verdad por medio de ti, de tu mente, de tú cuerpo, bebé, ven a mí, tengo un secreto que quiero que conozcas, por favor, no te vayas, me he acostumbrado a tu caricias, a tus besos suaves y después incontrolables, cariño, me he acostumbrado a que tus labios hagan que mi piel se erice, nos encontramos en este preciso instante, el tiempo y el lugar precisos para poder combatir los miedos, la angustia a la muerte, a la vida,amor es lo único que tiene el hombre para vivir. Hazme amar la vida, mientras tus hermosos ojos me observan, mientras te recuestas sobre mi espalda mojada, tú sabes a que me refiero, dime lo que me hace feliz,dime que la vida es hermosa, déjame tocar tu piel sudada, déjame contemplarte, no digas algo sólo quiero abrazarte, sólo quiero realmente vivir el momento, no pensar en algo más, ni en el pasado ni en el futuro, tómame de la cintura y bailemos este tango, hagámoslo suave, tenemos toda la noche, cierra los ojos y activa tu memoria corporal, empieza a sentir el ritmo de nuestros cuerpos, no es necesaria la vista, si tenemos todo lo demás, vamos, tú llevas el ritmo, te gusta mi vestido, lo zurcí sólo para bailar este tango contigo, con nadie más lo haría mejor, cariño, esto es nuestro, sólo nuestro. Bésame suavemente, no tenemos prisa, estamos tú y yo en esta eternidad. Atte. Tu Paloma 27/10/16

lunes, 12 de diciembre de 2016

Capítulo 18 (FRAU)

CAPÍTULO 18 Madre mía, el desorden reina en esta cama, ¿cuántas veces hemos hecho el amor? y aún no comprendemos lo más mínimo de la monogamia y la poligamia, hemos hecho infinidad de promesas enredados en las sábanas, nuestras respiraciones se han mezclado, las pupilas dilatado. Dios mío, ya no logro identificarte de forma singular, todo lo que soy eres, y todo lo que eres soy..