jueves, 17 de abril de 2014

Qué decir cuando un escritor muere, a la memoria de Gabriel García Márquez .(Ethos)


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Quisiera empezar con éste fragmento del prologo a doce cuentos peregrinos:

“Soñé que asistía a mi propio entierro, a pie, caminando entre un grupo de amigos vestidos de luto solemne, pero con un ánimo de fiesta. Todos parecíamos dichosos de estar juntos. Y yo más que nadie, por aquella grata oportunidad que me daba la muerte para estar con mis amigos de América Latina, los más antiguos, los más queridos, los que no veía desde hacía más tiempo. Al final de la ceremonia, cuando empezaron a irse, yo intenté acompañarlos, pero uno de ellos me hizo ver con una severidad terminante que para mí se había acabado la fiesta. «Eres el único que no puede irse», me dijo. Sólo entonces comprendí que morir es no estar nunca más con los amigos.”
Gabriel García Márquez----1927-2014

Tomamos nota del tiempo, nuestro rostro se marchita dejando ver a contraluz nuestros años venidos a pocos ante la infinita vida de la literatura. Un escritor, un mundo, una luz, cuando se apaga por la tempestad y la intermitencia entre vida y muerte, no termina por apagarse del todo, pues quedan sus libros, sus textos, sus letras.

Gabriel García Márquez a fallecido, quedaran sus caminos ya recorridos desde antaño por sus lectores y por él, los cien años de soledad en la que, seguramente mas de uno compartirá mi premisa, nos sentiremos sumergidos ante su partida, quedan todas las crónicas periodísticas mescladas entre líneas con la ficción y la realidad…quedan todas sus obras, sus diálogos sostenidos con todos nosotros tal vez en otro tiempo, tal vez nunca, pero bastarían las palabras de Márquez para dejar al lenguaje inservible, pues disponía con tal simplificación de él, que ya el lenguaje parece servir tanto o no servir de nada como la palabra nada.

Siempre que las letras se sumergen en la oscuridad de la muerte, nos queda un sabor amargo, pero al final el triste consuelo es que el hombre esta destinado a morir, pero las letras están destinadas, desde el momento en el que se escriben, a vivir y a revivir con cada lectura, con cada lector. Cuando un escritor muere, entonces, muere solo el hombre, pero su literatura esta destinada a perdurar. Sus letras trascienden la muerte, los años, los siglos y las lenguas…ese es el poder de la palabra.

En Márquez se encuentran muchos momentos de nuestra vida retratados de una forma nueva, de una forma incluso existente solo cuando se leen sus obras, de esa sola forma con la que él se expresa, a mano, escuchando la memoria de la imaginación.

Qué decir cuando un escritor muere, el luto siempre esta ahí, nunca se va, aun cuando pasen los meses o los años, pues recuerdo a Cortázar o Borges de Argentina, a Octavio paz o Carlos Fuentes de México solo por nombrar algunos. Al leer sus obras, parecieran cercanos, quizás por el lenguaje, pero a la vez lejanos al sabernos aquí y ellos entre sus letras, solamente transitando de mano en mano, de lector en lector, sin vida pero aun con luz.

Qué decir cuando un escritor muere, simplemente se puede callar, leer sus obras, no decir nada, ver el trasfondo en sus escritos, solo se puede escribir lo que Gabriel García Márquez ya escribió:

“La muerte no llega con la vejes, sino con el olvido”

El olvido nunca llegara y en la memoria siempre tendremos a estos narradores y a sus narraciones. Mis palabras son solo palabras de un lector de Márquez, de sus obras. Por eso puedo decir que ni él, ni ningún escritor morirán, pues para que los olvidemos tendrían que pasar mas de 1000 años de soledad, y aun así, apuesto todo a que perdurarán…

Adiós y hasta siempre, Gabriel García Márquez, y de paso a todos los escritores ya fallecidos.

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