miércoles, 2 de marzo de 2016
Hablo de ti, de ti, de mí. (Gato)
Me miras profundamente, tus labios dicen palabras que se interrumpen por largos besos, hablas y me dices "dime que amas, aunque sea mentira"; el tiempo pasa lentamente en tu cuerpo, manso y pacífico, y el mío, pacífico y manso, te da tiempo. Las caricias son tormentas, las palabras son verdaderas, las sonrisas son puertas abiertas y tus manos tiemblan esperando mi respuesta, agarras fuertemente mi playera con un puño (me amenazas en secreto). Me sigues mirando, quieres escuchar la respuesta que desatará tu amor o tu enojo.
-Sí, te quiero, en verdad te quiero y no te miento-. Tus ojos recorren mis expresiones faciales como una niña que voltea a ver por primera vez la luna llena. Los besos que me das son una tregua, en verdad me quieres y me lo dices escribiendo en mi lengua la palabra amor en diferentes idiomas inventados por ti y por mí.
Ayer es hoy, hoy es una estampida de peces voladores, de ideas que llueven.
Y me ofreces tu espalda desnuda, que recorren mis manos igual a olas que se deslizan en la superficie del mar. Cuello débil de color carmesí, animal que sostengo para que no me de muerte. Eres tantas mujeres en una sola, que te transformas y tus huesos frágiles son pétalos, hojas que se lleva el viento de los parques, estaciones del planeta. Confundidos, extendidos, enjaulados por nuestros brazos y al mismo tiempo cumplimos con la palabra libertad.
Y por tu cuello de nuevo se mueven los consternados pulsos de mi corazón, siento correr con mis labios el flujo de tu sangre, respiro tu piel, me ahogo. Tu amor y el mío relámpagos ensortijados, aves que danzan entre los árboles de la ciudad.
-Sólo tú, Amor mío- digo - sólo tú, Amor mío, eres a quien me entrego-. Me amas.
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¡Excelente!
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