Es la onceaba noche que estoy atrapado en mi habitación, con un insomnio de los mil diablos. Toda esta noche resiento la soledad, mezclada con la trsiteza de ver esta cama tan sola. La onceaba noche desde que murió ella, muchos recuerdos vienen a mi mente, no sé si reír o llorar, tengo un enorme nudo en la garaganta, tengo ganas de gritar para escuchar mi dolor, para escuchar mis entrañas temblar, no soporto, debería morir yo también, no puedo, ella es mi vida, era mi vida. Ahora que estoy aquí, miro sus cosas que ha dejado en la habitación. Sus zapatos, su único par de tacones, la ropa colgada y mientras reviso el closet, he encontrado su vestido que se puso cuando salimos la primera vez a caminar.
Estas imágenes de ella, las vuelvo a descubrir con mpas intensidad ahora que te fuiste, recuerdas la primer estrella que miramos juntos, aquel amanecer que pasamos sentados en esa pequeña colina, el frío que teníamos, el abrazo que me diste, el te quiero al oído, tu dulce beso en mi mejilla...
¡Y ahora qué tengo!, estas cuatro paredes tan pesadas, mis brazos solitarios y ni una voz a mi lado, el techo y la cama no me consuelan, te extraño y ni siquiera puedes saberlo. El dolor de perderte hace que se contrasten más mis emociones, pienso en tus huesos quese liberan de tu carne, tus labios volviéndose tierra, tus manitas tiesas...
Dónde buscaré tus ojos, tus besos, tu aroma, los tengo como recuerdos y luego ¿qué será de mí?, qué pasará si un día te borras de mi memoria, te esfumas, te íerdes en el páramo desierto, entonces si estaré solo, no tengo a alguien o algo que me haga tan feliz como tú.
¿Te acuerdas cómo nos reímos cuando nos mojamos en el parque? Los niños se burlaban de nosotros, y los papás susurrando, pero no nos importó, ¡cómo te enfermaste!, vaya que fue divertido.
Hoy pasé por ese parque, no había niños, los columpios rechinaban, estaban de luto porque te nos has ido. Me senté un rato en ellos, me mecí lentamente, sentía el viento en mi cara. (Unas personas dicen que cuando el viento te da en la cara es porque alguien que está muerto te acaricia)
Me aferre a esa idea y trate de pensar que el viento eras tú, que me decías que me amabas, me abrazabas, eras tú, ahí conmigo.
No me aguante las ganas de llorar. Es algo que no te he dicho, niña mía, que ahora el llanto es más fácil para mí; y sentí tus manos en el viento, pero fue poco lo que duró.
Caminar solo, dormir solo, ir y venir solo, todo solo, yo solo. ¿Volverás algún día?
No, sé que eso no pasará. Espera un momento ya voy para allá…
??/??/2015