viernes, 30 de septiembre de 2016

Mensajes para una mujer frágil (Gato) (x)

   Escucho tu llanto en mitad de mis sueños, lágrimas fértiles de amor adolorido; en mis horas de soledad aparecen también y en el tiempo de insomnio de la luna de septiembre. Observo el horizonte en lo más alto de aquella loma que ha empezado a ser un lugar mítico, pues lo que se vivió allí transformó ese paisaje familiar en un lugar donde contemplo tu amor encendido.

   Miro el reflejo del espejo en estos días buscando tu presencia. Por eso me llegan tantas emociones que anteriormente estaban calladas dentro de mí. Hago y siento estás cosas porque tengo la necesidad de decirte que te extraño y no hay otra vía de comunicación más que el aire de la lluvia y las nubes grises de estás fechas. Y cada hoja que veo caer me acerca más y más a aquel mes de conversaciones de prolongadas horas.

   Sin azúcar, pan de hojaldra, labio lastimado, beso que sana, alcohol suave, en el horizonte el sol cayendo, aroma de espalda, parque verde, pies cansados, lentes empañados, huesos de cristal, música azul y blanca, risa absurda, universos íntimos, abrazos que se niegan y silencios que nos niegan. Invisibilidad y luz entre las manos, ojos débiles, . ¿A dónde te fuiste mi cometa? ¿A dónde mujer salvaje?

   Vienes a mí y ni siquiera lo sabes, presencia amorosa en mi frío nocturno. Vienes y me envuelves con tus brazos de niebla. Me alimentas con el cariño que le das a tu reflejo. Y duermo tranquilo al compás que marca tu corazón puro. La ilusión que eres me protege de los más oscuros fantasmas que andan en las sombras.

   Un faro, un latido camuflado. Mis manos seguían las líneas de tu piel, caricias que avanzaban por ti, que iban de arriba a abajo de tu cuerpo eterno, nunca fuiste una sola mujer. Tu pecho lleno de aire perfumado despliega tus formas más hermosas. Dejabas tu mente a un lado de la almohada, y me mostrabas tu forma no humana, algo parecido a un animal herido y furioso. Deseamos la sangre del otro en la oscuridad de cuando cerrábamos los ojos. Escultura de mi imaginación, mujer, te deseo, te pienso por largo rato entre las líneas de agua de está lluvia actual. ¿Cómo iba a saber yo que la piel también extraña el tacto de los dedos? Y busco la luz de tu cuerpo-faro?

miércoles, 28 de septiembre de 2016

Reflexión y poema -1- (Gato)

Un poema que entre más lo vas leyendo profundizas en el país que es México, y entras tan profundo en heridas que tiene mi país: política, crisis social, pobreza, una caída del amor que profesamos los mexicanos por nuestro pasado violento y revolucionario. Un poema que conmovió en su tiempo y que ahora vuelve a resonar por la polémica que se armó al leerse en público. Es de Aurora Reyes y se llama "Hombre de México". Dedicado a Lázaro Cárdenas en un principio, pero como nos han ido tocando los presidentes aquí este poema tiene la característica de cualquier gran poema: no tiene tiempo. Esto hace que en cualquier momento en que se lea desde que fue creado emane verdades que callamos y que siempre significará una lucha para quienes viven en el llanto de nuestro México y necesitan himnos de motivación, y sobre todo la contemporaneidad, leerlo suena a está actualidad. 

Ahora con el odio que tienen muchos a Enrique Peña Nieto (y no sólo él sino muchísimos de los personajes que llevan las riendas del país) este poema nos da una bofetada para despertar, para quienes estamos dormidos o negados a aceptar la realidad, pero no es un golpe violento sino una caricia de palabras. Y ese acto de invitar al candidato presidencial de Estados Unidos polémico de Donald Trump después de las tantas cosas que dijo sobre los mexicanos (comentarios que tienen un color entre verdad y exageración), hizo que el odio que ha crecido lentamente a Peña Nieto se incrementara, incluso en quienes no lo tenían antes.
Profundizando en estos temas hay muchas cosas que uno puede razonar, ya que las acciones de Peña Nieto suelen tener dos caras de una misma moneda. Eso de invitar a Trump me recuerda a la frase "mantén cerca a tus amigos y a tus enemigos aún más cerca", frase que se ha llegado a aplaudir, pero con la imagen de tonto y bufón de Peña Nieto que se ha vuelto famosa en las redes sociales ya no se distingue entre las cosas que hace bien y las que hace mal. Muchos olvidan que nuestro presidente es una persona, y sobre todo que ha crecido al igual que todos en un México corrupto. Y de seguro muchos de los mexicanos que lo crítican teniendo el dinero y poder que Peña Nieto tiene harían incluso cosas peores por beneficio propio. Esto lo intuyo por lo que he oído en conversaciones donde resalta la idea de "primero yo y luego los otros". Nos falta en un ámbito personal tener una empatía y amor al prójimo, Entonces ¿cómo vamos a exigirle al presidente características que ni tenemos nosotros?

Hombre de México

Algo oscuro ha pasado por el cielo de México.
Está herida la tierra
y en los labios del viento
silba el agudo filo de antigua profecía.

El horizonte ahoga un paisaje de alas
ceñido en ondulantes anillos de serpiente.
!Águila deshojada¡
Un sueño de poetas llora un sueño de héroes.

Algo ha sabido el agua de litorales libres;
la nave de la espuma
hace viajes de alarma entre azules y grises.

Inmóviles metales conspiran en las sombras
batallones de árboles manifiestan sus brazos.
La noche vigilante se apresta para el alba.

¿En dónde estás creciendo silencioso gigante?
¿Qué paisaje florece distancia en tu mirada?
¿Qué sombras te transitan? ¿qué verdades te hablan?

Nutrido de hambres públicas,
de olvidos de ceniza,
de espinas colectivas,
de muchedumbres-lágrimas.
¡Ya levántate y surge!
Ya congrega y trasciende
esta imposible angustia panorámica.

Múltiple voz eleva sus hojas verticales
clamando por el fruto maduro de tu frente.
¡Desolada bandera! Otra vez patria suave...
Ya vienen otra vez los mercaderes.

Ya vienen a llevarse tu riqueza,
tus cálidos tesoros,
tu color solferino,
tu morado rabioso
y únicos en el mundo, los ojos de los niños

se acabarán tus pueblos de gardenia,
tus provincias de nardo,
tus novias de amapola,
tu cempasúchil de oro
y los intensos campos de tu flor madreselva.


(Bueno, esto es una parte del poema, si quieres leerlo completo dale aquí)

Para Luna




“¿A quién le ha dado hoy
por hacerme pedazos los recuerdos…”
-Víctor Rodríguez Núñez-

Al hablar de ti, hablo inevitablemente de las cosas que no fueron, de las tardes de dos cielos acostumbrados a estar lejos, de palabras que no entendías, de silencios que me obstinaba en llenar. Ya no hablo de nosotros, aquel pluralismo que tan barato nos costaba en ese tiempo, ya no existe.
Hoy me sirves como inspiración, como recuerdo del futuro o premonición del pasado. Te me escapas de la vista y de la memoria tan fácil como cuando llegas. Tan acostumbrado a perderte me permito la promesa de esperarte del otro lado, en ese espacio entregado al azar y a nuestros caprichos. Por eso cuando llamas yo atiendo, abro las puertas y te permito la entrada porque sé que no te quedarás, que tu casa hoy está en el sur, que tus besos son otro regalo más para la colección de fotografías viejas que guardo en el cajón.
Al hablar de ti, hablo de mis secretos más íntimos, de todo lo que ni a mí me confío, de algo que no sé cómo se llama pero que a ratos me duele. Al hablar de ti, hablo de las noches que no te cuento, de los espejos del día siguiente, de tu partida. Es jodido porque tienes la ventaja de local, es jodido porque yo siempre resulto un intruso. Tan acostumbrado a que sea así, a revolver tu aroma con mis letras que tu partida resulta otra forma de volver por sitios conocidos. Al hablar de ti me dan ganas de jugar con el tiempo perdido, ese que se detiene detrás de los cristales en cualquier aparador de la ciudad.

Y así vamos caminando sin cansarnos, tocándonos a veces, dispensando soledades. Resulta tan fácil clavar mi mirada en tus ojos de ayer y llegar sin escalas al pasado. Y sin embargo resulta tan difícil hablar de ti como podrás darte cuenta. Es por ello que cuando alguien me pregunta las razones no me atrevo a explicarles todo esto, lo bien que me la paso brindándole dos horas de mi tiempo a tu recuerdo, lo mucho que me juego al decir tu nombre. 

jueves, 22 de septiembre de 2016

Colisión.


Mi mente está flotando de nuevo, me quiero desconectar, pero no debo, no ahora, tengo que permanecer aquí, concentración, por favor no me abandones, fija tu mirada en mí y no permitas que me pueda tocar, ilumina mi camino y muéstrame una vez más el correcto.
Me está consumiendo es un dolor inmenso de cabeza, no logro entenderla y me estoy perdiendo, deseo encontrarme de nuevo y sentir esa sensación de plenitud, poder ser libre, el aire en mi rostro, el olor de los árboles, la tierra en mis pies, gastar la suela.
No sé qué nombre ponerte, no sé si desearte u odiarte... a veces te necesito y otras más no quiero ni que te asomes por mi ventana. Escuchas esos ruidos ahora mi mente se abre y puede oírlos, parece que no van a metrónomo pero si lo hacen, las atmósferas que me envuelven tienen ecos interminables, no deberías volver en estos momentos, que no te das cuenta que por noches enteras llenas de insomnio estaba para ti solo para ti, me abrazabas y yo me aferraba a ti, sensación de tranquilidad y profunda tristeza nunca se alejaron, aun siendo amante de otros tantos vuelves a mí sé que alguna vez te dije que siempre estaría para ti, me solté de tus susurros fríos.
Tanto tiempo pidiendo a las estrellas estar lejos en la montaña, que me cobije el bosque a mí alrededor, ver el amanecer como el espectáculo hermoso que es, no estamos solos, cantaremos juntos la canción, el sentir es real en el cielo de nuestros ojos.
Mucho tiempo deseando estar lejos, ver el camino que he dejado atrás, sé que me iré de aquí en poco tiempo, el reloj sigue corriendo. La tranquilidad que me brindas cuando estoy cerca de ti la llevaré conmigo por siempre, cada recuerdo me dibujará una sonrisa, llámame que yo estaré ahí para ti.
Trazando caminos, recolectando momentos que guardaré en el bolsillo para mí álbum de vida, el cual relativamente ha durado poco, pero sin embargo lleno de tantos sentimientos y secretos, incluso el día más gris tiene ese toque especial, en algún lugar alguien piensa en nosotros, algún día la liberación del ser interno será bajo el cielo estrellado.
No puedo evitarlo es un llamado, pronto estaré allá con ustedes…







Supertramp



domingo, 11 de septiembre de 2016

Cuesta, historia del olvido.


Ayer por la noche leía la historia de Cuesta. Me asombró tanto la melancolía de este poeta al que le sobraba tristeza, al que le faltó tiempo y que sufrió de amor tanto como de locura. Me asombró su decisión, la escritura del último poema, su tumba olvidada por todos, que paré inmediatamente la lectura; de un salto fui a la cocina, prendí la cafetera, esperé pacientemente, preparé mi bebida con dos de azúcar como me gusta y regresé—ya un poco más tranquilo—a la silla donde leía. Estuve por un momento viendo los ojos del poeta a través del humo del café caliente. Vi su cuerpo inmóvil, sus manos vencidas, aquella habitación que guardará por siempre los secretos de su suicidio.
Y pensé.
Pensé mucho sobre la muerte y el olvido. Mientras daba sorbos pequeños para no quemarme la boca, una frase cruzó mi mente. El poeta hablaba desde el otro lado del recuerdo: “Despierto en mí lo que he sido/para ser silencio y nada”. Juro que escuché sus palabras más como un eco que como un susurro. Me arropaba en la soledad su presencia.
Esa lapidaria sentencia de muerte y olvido donde el olvido duele más que la misma muerte, me hizo sacar un libro ya viejo y polvoriento. Una antología de poesía que tuve la oportunidad de conseguir hace algunos años y que había olvidado en mis repisas. Entonces leí y releí a Cuesta, entendiéndolo en cada verso, sufriendo su locura que no era sino sobredosis de realidad. Llorando, a ratos, sus cartas.
Hace cinco años que lo leí por primera vez. Hace apenas una noche lo entendí por primera vez. 
Fue su canto a ese Dios mineral su última copla, sus versos largos por la espera y tan cortos como los más sagaces aforismos, los que llenan la página y los ojos de lágrimas. El ultimo verso del poema me paraliza, “ése es el fruto que del tiempo es dueño;/en él la entraña su pavor, su sueño/y su labor termina./El sabor que destila la tiniebla/es el propio sentido, que otros puebla/ y el fruto domina.”
Quizá la historia del poeta sea más que sólo historia, quizá sus poemas no deberían ser olvidados nunca, quizá su verdadera obra poética fue su propia vida, quizá yo soy el que ya está loco, no lo sé. De lo único que estoy seguro es que ayer leí la historia de Jorge Cuesta y junto a él me tomé el café más amargo de mi vida, que ni los poemas—o las dos de azúcar—pudieron endulzar.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Viejos tiempos (marrieta drakkar)


                                                                                                       11 de agosto de 2016


Rafa y Edith una pareja de conocidos en secundaria estaban en casa.

Yo enferma, y en cama.
Edith iba a verme charlamos, y empecé a decir cosas malas de rafa.

Llegaban mis amigos de la secundaria también a verme.

Recuerdo el #365.

Mi hermano era niño se parecía mucho a Damián.

También estaba mi prima Karina en casa, yo era joven.