miércoles, 28 de septiembre de 2016

Para Luna




“¿A quién le ha dado hoy
por hacerme pedazos los recuerdos…”
-Víctor Rodríguez Núñez-

Al hablar de ti, hablo inevitablemente de las cosas que no fueron, de las tardes de dos cielos acostumbrados a estar lejos, de palabras que no entendías, de silencios que me obstinaba en llenar. Ya no hablo de nosotros, aquel pluralismo que tan barato nos costaba en ese tiempo, ya no existe.
Hoy me sirves como inspiración, como recuerdo del futuro o premonición del pasado. Te me escapas de la vista y de la memoria tan fácil como cuando llegas. Tan acostumbrado a perderte me permito la promesa de esperarte del otro lado, en ese espacio entregado al azar y a nuestros caprichos. Por eso cuando llamas yo atiendo, abro las puertas y te permito la entrada porque sé que no te quedarás, que tu casa hoy está en el sur, que tus besos son otro regalo más para la colección de fotografías viejas que guardo en el cajón.
Al hablar de ti, hablo de mis secretos más íntimos, de todo lo que ni a mí me confío, de algo que no sé cómo se llama pero que a ratos me duele. Al hablar de ti, hablo de las noches que no te cuento, de los espejos del día siguiente, de tu partida. Es jodido porque tienes la ventaja de local, es jodido porque yo siempre resulto un intruso. Tan acostumbrado a que sea así, a revolver tu aroma con mis letras que tu partida resulta otra forma de volver por sitios conocidos. Al hablar de ti me dan ganas de jugar con el tiempo perdido, ese que se detiene detrás de los cristales en cualquier aparador de la ciudad.

Y así vamos caminando sin cansarnos, tocándonos a veces, dispensando soledades. Resulta tan fácil clavar mi mirada en tus ojos de ayer y llegar sin escalas al pasado. Y sin embargo resulta tan difícil hablar de ti como podrás darte cuenta. Es por ello que cuando alguien me pregunta las razones no me atrevo a explicarles todo esto, lo bien que me la paso brindándole dos horas de mi tiempo a tu recuerdo, lo mucho que me juego al decir tu nombre. 

1 comentario:

  1. Hola, Martín.
    Lo que se escribió es intenso. Muchos de nosotros, o todos (me atrevo a decir) tenemos a alguien que nos hizo tanto bien y que ahora está en el pasado, en el lado de los recuerdos y las nostalgias de tiempo que se pasa junto a esa otra persona. Sé que no se trata de obsesión, sino que desde dentro de nosotros aparece esa persona con una tranquilidad natural.

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