Carta a un sueño (Ethos)

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Hace un tiempo, soñé con una mujer hermosa, indescriptible. Desde el día de mi sueño, he buscado a esa mujer, pero mis intentos fueron en vano, nunca la encontré otra vez, nunca la pude volver a soñar.
Lo que aquí dejo es lo que pretende ser una carta a ella, una carta a ese sueño, carta escrita en mi pretérito anacrónico, querido lector, espero y la disfrutes.

Carta a un sueño

Esto lo escribo, con el único propósito de que no lo leas, quiero, sin embargo, decirte todo lo que no pude decir, todo lo que, cuando te vi, me obligué a callar.

Desde que te vi por primera y ultima vez en ese sueño donde te invente, realmente no se si te invente o si solo te encontré en esas bifurcaciones de nuestros caminos etéreos, sin embargo, estabas hermosa, no es que hoy no estés hermosa, solo que no te he vuelto a ver, por eso me refiero al pretérito como algo que guardo en mi memoria.

Caminabas casi como si flotaras, la arena y el viento no parecían ser cosas ajenas a u persona, parecían ser parte de tu cuerpo, ese cuerpo que con el andar destilaba amor, y el cual no podía dejar de ver por el simple echo de que algo tan hermoso, no podría, nunca, dejar de mirarse o perderse, tiene que guardarse ya sea en la memoria o en los sueños. Y ahí estaba, viéndote caminar, callando todo lo que ahora escribo, solo siguiendo tus huellas en la arena, huellas que sabía me llevarían hasta ti, pero aun hoy las he seguido y no te encuentro, no te he vuelto a ver.

Ese sueño, del cual fuiste parte, es el único sitio donde se me ocurre estarás, por eso sueño buscarte, te busco y, pese a mis esfuerzos, no te encuentro.

Recuerdo tu mirada, como olvidarla si tus ojos se clavaron en los míos, tu cabello rizado volaba con el viento, no parecías ser de este mundo y eso, creo, era injusto, porque si fueses un ángel, es injusto que solo los ángeles disfruten de tu belleza, pero es injusto también, querer recibir tu belleza cuando no la merecemos.

De cualquier forma, es injusto, y mas aun conmigo porque yo te vi y hoy me privas de volver a hacerlo, pero entiendo que eres un sueño.

Esto me hace pensar que nuestra memoria debería tener un almanaque donde guarde cada sueño, para poder después, a placer, acceder a ellos, a cualquiera en particular y a todos en general, así poder revivir algún sueño grato y hermoso, y yo no estaría escribiendo esto a la nada, a mi mismo y a nadie.

Dejare de intentar no buscarte, porque aunque lo intento, siempre te busco, dejare de intentar pensarte, porque siempre te pienso, dejare de escribir cosas a la nada y a nadie, dejare de hacer cartas que nunca serán leídas, pero si hacer cartas a la nada y a nadie me acerca a ti, concluyo que no eres nada, que no eres nadie…que eres, fuiste y solo serás solamente un sueño.