Perros románticos (Frau)

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¿Cuáles son las heridas abiertas que tengo que lamer? Acaso, ¿la angustia de perder un amor?¿el quedarte solo? ¿el no entenderte tú mismo?¿el miedo al juego de la vida? ¿la insoportable voz de los poemas perdidos?

¿Por qué te duelen tanto esas heridas? ¿por qué te dañas? He lamido mil veces tus labios, tu boca, tus palabras, te he acogido en mis brazos, te he amado, pero tus heridas son más graves, ¡tú eres más grave que ellas!, tienes miedo de curarte, porque si te curas, lo que tienes ahora desaparecería.

Yo curo tus heridas, pero por las noches las desgarras lentamente y te sientes solo, olvidado, inerte, piensas que no tienes con quien yuxtaponerte, olvidando que yo soy la persona con quien lo haces día y noche.

Olvidas que soy Penélope; mujer mística, llena de contrastes, que ama sin condición alguna. Escucha el silencio de mi voz: tengo miedo de ti, no te conozco en absoluto, has cambiado para mí, ahora eres un extraño al cual sigo lamiendo sus heridas.

Ya hemos llegado a ser los perros románticos, nos tragamos mutuamente, ya no nos conocemos, solamente he quedado la costumbre de lamernos para olvidar el pasado y sentir que las cosas están mejor. Somos perros románticos que se jartan con las palabras y los besos, que han caído en un abismo extraño, cegados, impotentes.  

Todo esto no es verdad , ahora nos mordemos porque no soportamos todo el dolor que hay dentro, el que tratamos de esconder, estamos ocultos, nadie nos conoce, nos refugiamos en una habitación pequeña en donde nadie nos observa, nadie nos escucha. Somos anónimos hasta para nosotros mismos. Y así nos seguimos llamando los perros románticos cuando sangramos al repetir el mismo ciclo, cuando la vida nos ha destrozado, cuando no hemos conocido lo bello de la vida, cuando no sabemos el verdadero significado de "perros románticos".

Y así seguiremos pasando por la vida, lamiendo nuestras heridas y llamándonos perros románticos...