miércoles, 6 de julio de 2016

El silencio grita


Ni cigarrilos, ni licor, solo esta melancolía que me envuelve, estos jodidos miedos, estos fantasmas, el dolor, tú allá y yo aquí, mirando la  misma luna, sintiendo la misma lluvia y nuestras almas estremecidas tan lejos y tan cerca.
Hay días en los que no me soporto por la impotencia de no poder decirte las cosas, por no poder expresarte  este amor que siento, pero anoche me derrumbé estoy asustada y ¿Quién va a salvarme? porque esto siempre tiene que ser así, siempre sintiendo el mismo repudio, fue una escena digna de recordar, en silencio tu voz se alejaba de mí, la soledad me rodeo, la lluvia me cubría y se confundía con mis lagrimas, el frió abrazaba todo mi cuerpo y mi lugar especial fue testigo de tan cruel acontecimiento.
Te extraño tanto, solo ha pasado una noche y fue de lo peor, por mi mente han pasado tantas cosas, todos lo han notado, tu silueta se me aparecía por instantes. Se que sentías el mismo dolor en el pecho  pues nuestra particular conectividad sigue presente, tan cansada de errar siempre, te encuentro en una pintura, nos miramos en ella.
Se que no hablo demasiado pero si supieras la gran batalla dentro de mí, algo muere al estar así contigo, pero es necesario para mí, para ambos despojarme de toda oscuridad.
Viajero cósmico no te alejes de mí, recuerdo aquellos suspiros sincronizados en mitad de la madrugada y la magia que sentimos al encontrarnos, nuestras almas fueron arrancadas.
Y para calmar tu incertidumbre  quiero que sepas, que estés seguro que estoy luchando contra toda esa neblina, esos miedos a solas en silencio en mi habitación, en mi azotea lluviosa y recordando como adoras estos climas, r estoy luchando...

Y no me cansaré  de agradecerte el que hayas visitado mi luna y te hayas quedado en ella.

Supertramp

6 comentarios:

  1. Me recordó aun poema de Sor Juana Inés de la Cruz:
    Amado dueño mío:
    escucha un rato mis cansadas quejas,
    pues del viento las fio
    que breve las conduzca a tus orejas,
    si no se desvanece el triste acento
    como mi esperanza en el viento.

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  2. Me recordó aun poema de Sor Juana Inés de la Cruz:
    Amado dueño mío:
    escucha un rato mis cansadas quejas,
    pues del viento las fio
    que breve las conduzca a tus orejas,
    si no se desvanece el triste acento
    como mi esperanza en el viento.

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  3. No me cansaré de leerlo, gracias Conejo, ahora estamos juntos y a pesar de las pruebas difíciles que ambos hemos tenido, seguimos luchando por éste gran amor.

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  4. Jamás me cansaré de salvarte de la oscuridad de la noche, por eso fueron la señales al encontrarnos, el universo, dios, la galaxia nos puso en el mismo lugar por esa simple razón... luchar por el futuro qeu nos atañe.

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