La vida es cruel, es
cierto que nosotros también somos crueles, con otros y con nosotros mismos. La
verdad es que no somos seres insensibles, más por el contrario, sentimos todo
el tiempo, en cada momento y sin descanso, tan es así que se ha ido haciendo
una rutina esto de sentir, se ha ido transformando en algo que se pierde y que
nos pierde al mismo tiempo. Me refiero al hecho de
que estamos tan acostumbrados a sentir que terminamos por no hacerlo de verdad.
Por acostumbrarnos a la vida donde solo unos pocos privilegiados sienten la situación
y no sienten vulgar y corrientemente por cuanto repetitivo el acto, terminamos
olvidando qué es el amor, la tristeza o el odio.
El problema no es que todos somos unos robots programados
para olvidar, porque seria hasta absurdo pensar en eso, el problema es que no
queremos ser débiles. Es prácticamente imposible ver en esta sociedad tan frágil
a personas en las que se pueda confiar, porque muchas de las veces terminan siendo
gente parcialmente humana. Sí, es muy fácil ver a alguien que ama a medias, que
siente tristeza a medias y hasta que odia a medias. No somos robots, pero sí
algo parecido.
Nos da tanto miedo sentir que somos humanos frágiles
y que todo puede hacernos daño, que entonces decidimos hacer de todo una
parcialidad y así reducimos nuestra condición de fragilidad a: “persona PARCIALMENTE
frágil” No podemos dejar de ser humanos,
si eso fuera posible, estaríamos tan felices de dejar fuera a la palabra “frágil”,
pero en el acto de sentir felicidad pecamos de humanidad, que tremenda ironía.
Los sentimientos son
inherentes al humano, pero actualmente solo pocos pueden ver que los
sentimientos hacen al humano por cuanto el humano a los sentimientos. No debe
ser una rutina, no es algo que se aprenda, es algo más bien natural.
Debemos aprender a
sentir de verdad y no corrientemente, debemos darnos un tiempo para respirar,
para observar, para salir de nuestra parcialidad. Cada vez que nos permitimos
ser nosotros mismos, nos sentimos vulnerables, pero de eso se trata la vida, no
de la vulnerabilidad si no mas bien de sentir.
Vive y siente de
verdad, que la vida es corta para desperdiciarla en “cosas importantes” que nos
agobian y no disfrutar de “las tonterías” que nos hacen felices. Recuerda que
al final, DE GENIO, POETA Y LOCO, TODOS TENEMOS UN POCO.
Con todo!
ResponderBorrarLa neta si somos bien frágiles, y los que se hacen los fuertes, por lo menos un día han de tener que desahogar lo que se lleva y no se quiere.
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