Tú, que has estado al mismo tiempo que yo en el lugar donde existo, quiero decirte que no te rindas, no tengas miedo, se valiente y esfuérzate en lo que más te gusta hacer. Te he visto, porque has estado a mi lado siempre: cuando jugamos juntos en la primaria, con quien he caminado codo a codo por la calle, mujer o hombre; te puedo decir que hemos estado juntos desde el primer día, que nada nos divide.
¿Te acuerdas de mí? Yo me sentaba a un lado o detrás en la escuela, hemos viajado todos los días en el mismo transporte, a la misma hora. O andas entre las fiestas, manejando un taxi, vendiendo jugos al lado de una escuela, bajando de un camión las toneladas de cajas llenas de comida, manejando por horas y días por todo el país, talando un árbol o sembrándolo.
Al final se me ocurren tantas cosas que tú puedes hacer, y claro que lo has hecho. Porque he visto en tu mirada el resplandor de las mañanas más oscuras y el tacto de piel más áspero y suave. Tú, al igual que yo tienes el valor de enfrentar la vida y sus circunstancias, no desesperes, no te refugies, ya que el simple hecho de permanecer vivos requiere de mucho esfuerzo y valor. No mueras en vida... vive...vive...vive.
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