hay
veces en que de verdad quisiera abrazarte hasta que me duelan las manos,
otras
veces quisiera perderte,
olvidarte, no pensarte más,
y sin más me pongo a
escribir,
mi dulcinea,
aunque lo anhele y lo pida de rodillas,
jamás y así lo
digo sin temor a equivocarme,
jamás saldrás de mis memorias,
hay amor
mío,
mío en mis sueños,
en mi pequeño gran mundo,
mi niña,
te extraño con ganas
de no hacerlo…
Siempre tan dialéctica la vida...
ResponderBorrarSiempre tan dialéctica la vida...
ResponderBorrar¿Qué hacer cuando dulcinea se niega a estar y a irse? A dónde recurrir por esa imagen que nos propone tanta idea. Extrañar con ganas de no hacerlo es lo único que nos queda.
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