Con todo respeto pero:
No, los sueños son
sueños y la muerte es la muerte. Claro que entramos en un mundo tan nuestro que
hasta parece mentira pero no solo es nuestro también es ajeno. Los sueños no
nos pertenecen pero aun así los tenemos; vienen de algún lado lejano, de las lecturas,
de un momento, de una canción y, si este es el caso, asegurar que los sueños
son compartidos no es disparatado.
A la misma vez me
aterra y me reconforta saber que alguien en otro tiempo o en otro lugar ya soñó
algún sueño mío, que me lo prestó y que con mi imaginación llegué a completarlo.
Me aterra porque en ese caso quién puede explicarme dónde comienzo yo y dónde
el otro, cuáles son mis pensamientos y cuáles los ajenos, qué tanto hay de mí
en este mundo onírico. Pero me reconforta porque siempre a de ser algo nuevo,
algo que nos deje muchas cosas para reflexionar o que no nos deje nada, sea de
la forma que sea, es bueno pues nos permite vernos y ver al mismo tiempo a
otros. Si uno busca las respuestas en los sueños estás sin embargo no existen,
debemos buscar dentro de uno.
Entonces dormirse no
es “morir lentamente” pero sí es “penetrar en el tejido del tiempo para
alterarlo”, es decir, romper esta delgada barrera inservible que llamamos
horas, días, meses, tiempo y llegar a donde uno no esperaba, arrancar de los
brazos de Morfeo una pisca de verdad y mentira para al despertar saber que
estamos vivos, no muertos, nunca lo estuvimos por cuanto estamos tan acostumbrados
a la vida común y corriente.
Vemos en los sueños un
oasis lleno de clara agua, quieta y hermosa. Rodeado de arena, piedras y
caminos, volamos por el cielo y bajamos al infierno buscando su raíz, buscando
el primer sueño de todos, el verdadero. Quizá algo tenga que ver con el
creador, no confundir con Dios, porque el creador somos nosotros mismos, sino
dime tú cómo podemos transformar ideas en palabras y palabras en ideas sin ningún
proceso creativo: es imposible, por eso somos creadores de mundos, recibimos
otros y completamos unos más. Esos, esos son los sueños, no la muerte.
Por ultimo quisiera
terminar con unos poemas en alusión a los sueños y a la muerte:
Duermevela – Benjamín Rocha
Siempre estamos
despiertos:
el sueño es una forma del insomnio.
Dormir y no soñar es
sólo una forma del sueño:
hay que morir para
dormir un poco.
CITLALI – POPOCA
Estos son unos poemas encontrados
en una antología llamada ILUSINACIONES.
- 1. Si cuando estoy dormido
creo que estoy
despierto
y cuando estoy
despierto
creo que estoy
despierto
¿Cuál es la diferencia
entre estar
dormido
y estar despierto?
- 2. Estoy tan acostumbrado
a estar vivo
Que un día de estos
cuando
despierte muerto
no me la voy a creer
"Hay que morir para dormir un poco."
ResponderBorrarFascinante
Muy buena respuesta Ethos.
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